jueves, 5 de marzo de 2020

SAN JUAN DE LA CRUZ. POEMAS PARA COMENTAR

 


La poesía de San Juan, pese a su escaso volumen, constituye una de las más altas cimas de la literatura universal. Su producción está integrada por varias coplas de aire popular, que glosan estribillos tradicionales, y tres poemas mayores:

                  - Noche oscura del alma.
                  - Llama de amor viva.
                  - Cántico espiritual.


Los versos de San Juan de la Cruz desarrollan un único tema: la experiencia de la unión mística del alma con Dios, pero representada mediante imágenes del mundo. Es decir, al igual que el autor del bíblico libro del Cantar de los Cantares (el rey Salomón), San Juan recurre al amor entre una amante y su esposo para simbolizar el amor entre Dios y los hombres. Dicho de otro modo, presentan simbólicamente la búsqueda del Amado (Dios) emprendida por una mujer (el alma), en una naturaleza que refleja la belleza del Amado, el encuentro de ambos y su unión en éxtasis amoroso.

- Noche oscura del alma.
.
La Amada, de un modo aparentemente inmotivado, sale de su casa en mitad de la noche en busca del Amado. Avanza en ocho estrofas por las tres fases del alma: purgativa, iluminativa y unitiva respectivamente, equiparándolas a las fases de la noche, desde que se pone el sol hasta que vuelve a salir, pasando por la más profunda oscuridad de la noche cerrada. La noche se trasforma en luz una vez que ha guiado a la Amada hasta el Amado.

En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
(¡oh dichosa ventura!)
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía
sino la que en el corazón ardía.


- Llama de amor viva.
.
Esta composición, la más breve de las tres, se limita a describir el éxtasis místico. Es decir, la fase unitiva, obviando las dos anteriores.

¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,
¡rompe la tela de este dulce encuentro!

¡Oh cauterio süave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.

¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
color y luz dan junto a su querido!


- Cántico espiritual.
.
Escrito en liras, estrofa introducida por Garcilaso de la Vega y popularizada por Fray Luis de León, el Cántico se organiza como una especie de égloga pastoril, con un planteamiento dramático: la Amada-esposa es abandonada por su Amado-esposo, lo busca, lo encuentra, y consuman la relación amorosa. Como ya se ha señalado con anterioridad, no cabe una interpretación profana de dicho argumento, ya que el poeta en todo momento pretende plasmar la idea del amor de Dios hacia los hombres, y lo hace mediante el uso metafórico de la relación entre un hombre y una mujer, como ya había ocurrido en el Cantar de los Cantares bíblico.

¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.

Pastores, los que fuerdes
allá, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.

Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.