jueves, 20 de abril de 2023

DÍA DEL LIBRO 2023

Como todos los años, el 23 de abril se celebra el día del libro en Málaga. Os comento esta interesante propuesta en el Muelle Uno "LIBROS A LA DERIVA" .

LA MAGIA DE LA LECTURA   DIBUJOS CON LIBROS


A partir del 28 de abril en la Plaza de la Marina podrás visitar la 52 Feria del libro.


CONSULTA LA AGENDA EN ESTE ENLACE.

ESCRIBIMOS CUENTOS

Vamos a utilizar la propuesta del profesor Ramón Besonías que nos propone contar un cuento de una manera distinta. Una propuesta de narrativa visual.

1. PENSAMOS EL INICIO DE LA HISTORIA

2. DIBUJAMOS LA PRIMERA ESCENA (PLANTEAMIENTO)

3. UNAS 4 O 5 ESCENAS MÁS (NUDO Y DESENLACE) 

4. DRAMATIZAMOS NUESTRA HISTORIA:

    A. UN COMPAÑERO/A PRESENTA LAS ESCENAS
    B. OTRO/A LAS NARRA
    C. OTRO/A HACE MÍMICA
    D. OTRO MÚSICA Y EFECTOS SONOROS.

miércoles, 19 de abril de 2023

DÍA DEL LIBRO 2023

Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor

23 de abril, UNESCO


El tema de la UNESCO para 2023: ¡Lenguas indígenas!

Defender y promover la diversidad lingüística y el multilingüismo es una prioridad de Naciones Unidas y hace apenas un año entramos en el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (2022-32). Las lenguas indígenas y locales figuran en la carta de la red Capital Mundial del Libro, que reconoce diversas formas de literatura con el libro como medio, pero también a través de tradiciones orales. Para el Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor, el 23 de abril, la UNESCO se centrará en las lenguas indígenas.


De las aproximadamente 7.000 lenguas existentes -muchas de las cuales están desapareciendo rápidamente- la mayoría son habladas por pueblos indígenas que representan la mayor parte de la diversidad cultural del mundo. Las Naciones Unidas no imponen restricciones sobre quién o qué culturas pueden considerarse indígenas, y todos conocemos comunidades indígenas en nuestro país o entre personas con las que hemos trabajado en el extranjero.


"Los libros son, en efecto, vehículos fundamentales para acceder a la educación, la ciencia, la cultura y la información en todo el mundo, transmitirlas y promoverlas ".


Audrey Azoulay Directora General de la UNESCO


¿Qué es el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor?

El Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor es una celebración para promover el disfrute de los libros y de la lectura. Cada año, el 23 de abril, se llevan a cabo eventos en todo el mundo para reconocer el alcance de los libros: un nexo entre el pasado y el futuro, un puente entre generaciones y distintas culturas. En esta ocasión, la UNESCO y las organizaciones internacionales que representan a los tres principales sectores de la industria del libro -editores, libreros y bibliotecas– seleccionan una ciudad como Capital Mundial del Libro para mantener el impulso de las celebraciones de este Día del Libro, hasta el 23 de abril del año siguiente.


El 23 de abril es una fecha simbólica en la literatura mundial. Es la fecha en la que fallecieron varios grandes autores, William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega. Esta fecha fue una elección natural para la Conferencia General de la UNESCO, celebrada en París en 1995, para rendir un homenaje mundial a los libros y autores en esta fecha, fomentando el acceso a los libros para todo el mundo.


Al defender el libro y el derecho de autor, la UNESCO apoya la creatividad, la diversidad y la igualdad de acceso al conocimiento, en particular a través de su Red de Ciudades Creativas de la Literatura, la promoción de la alfabetización, el aprendizaje móvil y el libre acceso a los contenidos científicos y los recursos educativos. Con la participación activa de las partes interesadas –autores, editores, docentes, bibliotecarios, instituciones públicas y privadas, ONG humanitarias, medios de comunicación y cualquier otro interlocutor que se sienta implicado en esta celebración– el Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor congrega a millones de personas en el mundo.


Información de 2023-04-11 https://www.unesco.org/en/days/world-book-and-copyright

viernes, 14 de abril de 2023

Versos de...

#niundíasinpoesía

Versos de FELIPE BENÍTEZ PÉREZ 

En la entrada de nuestro instituto ha crecido un árbol con poemas de Felipe Reyes Benítez ganador del XIII Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado 2023 y del Premio Nadal en 2007 con Mercado de espejismos, visitará nuestro centro el próximo martes 18 para tener un encuentro literario con nuestro alumnado de 1º y 2º de bachillerato.

#curso20222023 #díadellibro2023

Para  conocer un poco a este poeta y escritor, os copio a continuación una página de su blog y os dejo su enlace http://felipe-benitez-reyes.blogspot.com

UN PRINCIPIO INCONCRETO




UN PRINCIPIO
INCONCRETO

(Artículo publicado en EL CULTURAL de El Mundo,
en la sección PRIMERA MEMORIA)


Sonará raro, pero no tengo conciencia de ningún primer libro como tal. Lo primero que publiqué, en 1979, a mis 19 años, fue un cuadernillo de poemas. Lo titulé Estancia en la heredad, aunque no sé qué puede sugerir ese título, en el caso de que pueda sugerir algo. Salió como separata de una revista que llevaba yo en mi pueblo con unos amigos aficionados a las divagaciones. Se hicieron 350 ejemplares.

En 1982 publiqué el que sería, en rigor, mi primer libro de poemas: Paraíso manuscrito. Hace años, me hubiese dado apuro decir que ese título me vino a lo largo de un sueño. Hoy ya no. (La anomalía, como saben ustedes, tiene precedentes ilustres y mucho más graves: el poema “Kubla Khan” de Colerigde, sin ir más lejos.) Alguien, a lo largo de ese sueño, me decía que había escrito un libro titulado Paraíso manuscrito. Cuando desperté, comprendí que ese alguien era yo.

El libro reúne los poemas que escribí entre 1979 y 1981. Mejor dicho: algunos de ellos, porque a esa edad resulta muy cómodo el tránsito de la revelación estética al desengaño estético, a veces en cuestión de horas, quizá porque anda uno configurando un modo de entender la poesía en general y un modo particular de escribir poemas, así que la inseguridad se alía con el optimismo, que es una alianza bastante exótica. El resultado –se me olvidaba decirlo- suele ser una escritura excesiva: cree uno que es suficiente que se le ocurra un poema para poder escribir un poema, cuando el proceso suele ser muy diferente: escribir un poema para intentar que ocurra un poema, al margen incluso del poema mismo. De todas formas, ese casi obligado periodo de escritura entusiasta lo pasé en la adolescencia, en torno a los 16 años, y llegué a la mayoría de edad con el ánimo más sosegado; es decir, con más prejuicios a la hora de escribir, y me gusta suponer que esos prejuicios constituyen una guía indispensable para quien no quiera perderse en los laberintos de sus propias ocurrencias.

Mi primera novela la titulé Chistera de duende. Mi primera novela publicada, claro está, ya que la primera empecé a escribirla a los 14 años, una edad mala para casi todo, aunque me temo que especialmente mala para escribir novelas. Creo recordar que llegué a la página 12, y ya resultaba heroica aquella extensión, porque lo cierto es que no sólo no sabía qué hacer con los personajes, sino que ni siquiera atinaba a configurarlos de la forma esquemática en que se traza un monigote en un papel: me limitaba a darles un nombre, que es tal vez el atributo ínfimo en la escala de necesidades de un personaje de novela -a menos que se trate, claro está, de una novela rusa.

Un día de 1989, Abelardo Linares me preguntó qué estaba escribiendo y le dije que acababa de terminar una novela. “¿Qué vas a hacer con ella?”, y no supe qué contestarle, porque la verdad es que no se me había ocurrido darle ningún destino. Me dijo que le gustaría leerla, de modo que se la envié, la leyó y, metido a agente espontáneo, se la hizo llegar, en una operación para mí secreta, a Pere Gimferrer, poeta postsimbolista y editor de Seix Barral.

A los pocos meses, me telefoneó Gimferrer y, a través de esos rodeos metafísicos que sólo él sabe dar para llegar a la formulación de un aspecto práctico, me dijo que estaba dispuesto a publicarla. Le di las gracias, firmé un contrato, corregí pruebas y me olvidé del asunto, hasta que, año y pico después de aquellos trámites, en enero de 1991, me llegó a casa un paquete con ejemplares de aquella Chistera de duende, que es un título que consiente una dislocación: ninguno de los duendes que conozco va tocado con chistera, al contrario, por ejemplo, que el Sombrerero chiflado de Carroll –y también en buena parte de Tenniel, que le dio un aspecto concreto e inmodificable a la entelequia.

Y todo parece que ocurrió ayer mismo.