jueves, 20 de febrero de 2020

MEDIOS DE COMUNICACIÓN.LOS TEXTOS PERIODÍSTICOS


                                                            Medios de comunicación
Vivimos inmersos en una sociedad en la que prima la información: los avances técnicos y la competencia entre los medios audiovisuales son la causa de que estemos más informados que nunca y determinan la transformación de las relaciones sociales y personales.
El modelo de mensaje periodístico elegido por el emisor (o editor), el canal con que cuenta y los elementos de que dispone, así como el tipo de receptor a quien se dirige y los objetivos o efectos que persigue, condicionan la naturaleza y las características formales de los textos periodísticos.
Información y medios de comunicación 
La existencia de públicos diversos y, por tanto, de un amplio mercado se traduce en una variada oferta de medios. Los transmisores de información más importantes son la radio, la televisión y el periodismo escrito.
Radio:
Utiliza códigos auditivos y es el medio más rápido: la tecnología permite la transmisión instantánea de hechos y la intervención en directo con un bajo coste de producción. Utiliza un lenguaje sencillo que se apoya en la entonación y en elementos paralingüísticos (volumen, ritmo, timbre de la voz). Su información suele ser resumida y reiterativa.
Televisión:
Aunque puede incorporar la emisión en directo, transmite informativos editados previamente en forma de videocinta: las noticias se insertan a lo largo de la emisión según los minutos indicados en el guion del programa (excepto cuando se trata de informes de última hora). En la televisión, las imágenes son más relevantes que los textos, la percepción de los signos, más que el análisis, y se persiguen, sobre todo, efectos emocionales.
Periodismo escrito:
Utiliza como soporte el papel o medios electrónicos. Frente a la radio y la televisión, tiene a su favor la disponibilidad de la lectura y, sobre todo, ofrece una mayor capacidad de reflexión y análisis. Los informativos de radio y televisión incluyen mucha opinión, en contraste con la prensa escrita que prefiere separar la información de la opinión.
Géneros del periodismo 
El periodismo no sólo informa sobre la realidad, también la interpreta; para ello, se sirve de mecanismos de persuasión y, a veces; de manipulación: desde la selección de noticias y temas hasta la extensión y el lugar que ocupan en la página o en el informativo. A este fin contribuyen el uso de argumentos emocionales y la evitación de la causalidad (quién hace qué a quién).
La intencionalidad del emisor a la hora de transmitir un hecho concreto y los efectos que persigue en el receptor determinan la elección del género.
1. Géneros informativos
Los textos informativos transmiten hechos concretos, recientes u ocurridos en el pasado, de interés para los lectores a los que se dirigen. De ellos deben excluirse, por tanto, las opiniones personales y los juicios de valor.
Noticia:
Relato de acontecimientos importantes y generalmente recientes, de carácter político, económico, social, cultural, etc.
Entrevista:
Conversación cuyo objetivo es informar sobre las opiniones de una persona. Suele comenzar con la presentación del entrevistado, seguida de una relación de preguntas y respuestas.
Crónica:
Se refiere a hechos ocurridos en un día, aunque se suelen buscar antecedentes y consecuencias, y la información aparece ligada a la interpretación del periodista. Destacan las crónicas de guerra, taurinas, deportivas y cinematográficas (en festivales).
Reportaje informativo:
Texto que aborda un hecho reciente y de interés social. Según el tema tratado, estos reportajes pueden ser:
-De interés humano: se centran en una persona o comunidad.
-De interés social: versan sobre el origen y las causas de una situación, el funcionamiento de un servicio, el desarrollo y oferta cultural de una localidad, etc.
-De opiniones: varias personas opinan sobre un hecho concreto.

Los géneros informativos presentan rasgos estilísticos comunes:
-En relación con su carácter informativo, predomina en ellos la función referencial del lenguaje
-La pretensión de objetividad determina la selección de un discurso impersonal que se manifiesta en la ausencia de la primera persona y de alusiones al receptor.
-Su lenguaje es culto, pero no demasiado formal, accesible a los lectores.
-Utilizan un léxico especializado según el tema que traten (política, economía, sociedad, cultura, deportes).

2. Géneros del periodismo de opinión
Se trata de textos que reflejan la opinión del periódico y de los articulistas sobre cuestiones de actualidad. Salvo el editorial, todos aparecen firmados y responden al estilo y a la personalidad de su autor.
Editorial - Expresa el punto de vista del periódico sobre un acontecimiento. Los sueltos o glosas son una variedad, de extensión breve, en la que se reflexiona sobre asuntos de actualidad.
Artículo - Expone opiniones personales sobre la realidad. Se diferencian varios subtipos:
Columna: de extensión breve, trata los temas sin profundizar excesivamente en ellos.

En los géneros de opinión, se observan también rasgos estilísticos comunes:
-Incluyen referencias al emisor por medio de las formas pronominales de la primera persona o de las desinencias verbales.
-Predominan adjetivos, adverbios y construcciones valorativos: eficaz, adecuado, impropio, duro; tajantemente, sorprendentemente; sin dilación.
-Utilizan sustantivos denostadores o ponderativos: inmadurez, ligereza, solidez, irresponsabilidad, seriedad, firmeza.
-Prefieren determinados verbos declarativos: aventurar, enfatizar, ironizar, despreciar.
-Incluyen recursos expresivos: el nacimiento del euro; la tarta publicitaria de las televisiones engordó un 8% en 1997; la moda gallega da la espalda a Cibeles.

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viernes, 7 de febrero de 2020



“¿Maestro, por dónde empezaría si le tocara gobernar un país?”.
Confucio les respondió: “Empezaría por mejorar el lenguaje”.
Asombrados, sus discípulos afirmaron que esa respuesta nada tenía que ver con la pregunta y volvieron a preguntar:
“¿Maestro, qué tiene que ver el lenguaje con el gobierno de un país?”.
Entonces Confucio les respondió lo siguiente: “Si el lenguaje carece de precisión, lo que se dice es falso. Si lo que se dice no es verdadero, entonces las actuaciones tampoco son verdaderas. Y si no hay actuaciones (obras) verdaderas, entonces no florecen el arte ni la moral. Si no florecen el arte y la moral, entonces no existe la justicia. Si no existe la justicia, entonces la nación no sabrá cuál es la ruta a seguir: será una nave en llamas y a la deriva. Por esto, cuando se trata de gobernar una nación, lo más importante es la precisión del lenguaje”.

MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO


Os dejo el interesante artículo de Coral Herrera Gómez titulado "Desmontando el amor romántico

El amor (no) es para siempre: dura lo que dura. Algunos amores duran veinte años, otros dos meses, otros dos días… por eso hay que saborear  el presente, y no trasladar tu mente al futuro incierto: la plenitud está en el momento que estamos viviendo, amar es estar presente, parar los relojes, disfrutar del  aquí y del ahora.

El amor (no) lo puede todo: no puede con la violencia y los malos tratos, no puede con la desigualdad y el machismo, no puede con el egoísmo ni con las relaciones que no funcionan. El amor no transforma a las personas violentas en personas pacíficas, ni a los promiscuos en monógamos, ni cura a la gente celosa, ni resiste vivo si ha de soportar demasiado dolor durante demasiado tiempo.  El amor no puede ser incondicional: si no hay respeto y buen trato, por ejemplo, no hay condiciones para el amor.

Las mujeres (no) nacimos para esperar: aunque las heroínas de nuestros cuentos infantiles son chicas que esperan a que un tipo apuesto les solucione sus problemas o les rescate de las catástrofes, nosotras no tenemos toda la vida para esperar. No tenemos la paciencia de Penélope, que estuvo 50 años esperando a que Ulises volviera de sus batallas: nosotras vivimos el amor aquí y ahora. No nos vemos ya como el descanso del guerrero, sino como protagonistas del cuento. No hay otra posibilidad que vivir el amor en el puro presente: el futuro está demasiado lejano.

Los que más se pelean, (no) son los que más se desean”: hay gente que disfruta mucho peleando y sumergiéndose en la violencia pasional, pero es un desperdicio estar mal años de tu vida, con lo corta que es, entre llantos, conflictos, gritos, escenas de celos, insultos, palabras que hieren… . Tenemos que dejar atrás las guerras románticas, apostar por la alegría y el disfrute en el amor, y cambiar la perspectiva. Por ejemplo: los que comparten orgasmos y risas son los que más se desean. No rima, pero suena infinitamente mejor.

(No) estamos condenadas a sufrir por amor: podemos tomar decisiones, tomarnos descansos emocionales, distanciarnos cuando nos duele. Podemos desenamorarnos de quien no nos conviene, olvidarnos de las personas que no nos corresponden o no nos aman, elegir buenos y buenas compañeras para compartir la vida. Podemos cerrar puertas y convertir el presente en pasado, podemos abrir otras y convertir el futuro en presente. El amor no nos ata, ni nos limita, ni nos obliga a tropezar mil veces con la misma piedra: somos nosotras las que tenemos que hacernos responsables de nuestras emociones, y trabajarnos los obstáculos externos e internos que nos impiden disfrutar del amor.

Del amor al odio (no) hay un paso: el amor y el odio no son lo mismo. No me creo que alguien pueda amar loca y devotamente a una persona, y un buen día pasar a despreciarlo, a desear que le pasen las peores catástrofes, o ponerse a maquinar para que sucedan. Si quieres a alguien, lo lógico es que desees su felicidad y bienestar: junto a ti, a solas, o con otras personas. Creo que, entonces, el odio no es consecuencia del amor: es falta de amor, es ansia de destrucción, es un monstruo grande que siembra dolor en nosotras y en la gente que tenemos alrededor.  

Sin pareja (no) estás sola: no es cierto, hay mucha gente a tu alrededor que te quiere, que te aprecia, que te adora, o que se preocupa por ti. Hay mucha gente estupenda, también, por conocer: júntate con tu vecindario para celebrar, aprender, protestar, construir, cultivar, bailar. El mundo está lleno de buenas personas con ganas de compartir: no te quedes llorando en casa, sal a las calles, toma las plazas y disfruta de la gente.

Si tienes éxito, tendrás amor: la admiración de la gente no te va a hacer más feliz, y el deseo y la envidia de los demás no te va a traer necesariamente amor… Lo que te hace mejor persona no es tu aspecto físico o tu cuenta bancaria, sino tu capacidad para relacionarte con el mundo,  y para ser generosa, empática, solidaria, sincera, creativa, o buena persona. Si somos gente estupenda, lo vamos a seguir siendo aunque nadie se empareje con nosotras: nuestra valía personal no tiene nada que ver con tener o no pareja, con que se enamoren o no de nosotras.

El amor no se exige, ni se mendiga: si no te aman, acéptalo. Si te amaron y ya no te aman, asúmelo. No le pidas a nadie que cargue con tu dolor, no obligues a nadie a permanecer a tu lado o a renunciar a su libertad para no hacerte daño: todxs somos libres para unirnos y separarnos, para ir y venir, para intentarlo y para dejar de intentarlo. Y no hay malos ni buenos: lo del desamor nos ha pasado a todas, y a todos: sólo hay que cuidar mucho a la otra persona, portarse bien, y hacer las cosas con sensatez y cariño. Es posible, separarse con amor, romper con cariño, y mirar hacia delante con optimismo: es cuestión de ponerle amor.

Quien bien te quiere, (no) te hará llorar”: no es cierto que cuando alguien te hace daño es porque te quiere mucho y le importas, no es cierto que quien te trata mal es por tu bien. Si alguien te quiere y te hace llorar es porque no sabe quererte bien ni tiene herramientas para disfrutarte sin dominarte. Es hora de romper la unión entre amor y sufrimiento: es posible (y aconsejable) disfrutar de la vida sin tragedias ni melodramas. 

(No) se te escapa el tren si no encuentras pareja, ni se te pasa el arroz: hoy en día la gente se une a todas las edades posibles, cada vez hay más personas sin pareja, y cada vez pasan más trenes, te puedes montar en el que te apetezca. Además, ahora el arroz ya no se pasa, nadie te obliga a casarte a una edad, y encontrar a un hombre no es obligatorio para ser madre. Lo importante para tu maternidad es la red de gente a tu alrededor que puede ayudarte a criar hijos/as sin necesidad de ponerse a buscar a toda prisa al príncipe azul. Necesitamos redes de ayuda muta y crianza en equipo, compañeros  y compañeras de vida, no sementales que nos adoren y nos mantengan económicamente.


Sin ti no soy nada”, o “Haz conmigo lo que quieras”: el sadismo y el masoquismo son unas  herramientas muy divertidas para el placer en el juego sexual, pero no deberían ser usadas como armas para la vida real. En el día a día no tenemos necesidad ninguna de renunciar a nuestro poder para dárselo a otra persona como prueba de amor infinito. Someterse o dominar a la persona amada supone construir relaciones desiguales, dependientes, violentas y dolorosas, y resulta muy difícil salir de los círculos de la violencia (agresión-reconciliación, infierno-luna de miel) porque nos suelen tocar mucho la autoestima. Además, las relaciones sadomaso te aíslan de tu gente querida: no es fácil, para la gente que te quiere, verte en una relación destructiva o funcionando con la lógica del amo y el esclavo.

Se está mejor sola que mal acompañada: Hay millones de mujeres con pareja o casadas, inmersas en infiernos conyugales o en aburrimientos perpetuos  que envidian la libertad y el bienestar de las solteras. El matrimonio no es sinónimo de felicidad, echa unas ojeadas a los índices de divorcio en todo el mundo y a las altas tasas de soltería: cada vez son más las personas que no desean “aguantar” infiernos, porque lo que quieren es disfrutar de la vida, y del amor.

El amor es infinito, abierto, diverso y colorido: no se puede reducir sólo a la pareja. El patriarcado nos hace creer que es el Gran Amor de nuestras vidas, que los demás afectos no son tan importantes, que ninguna experiencia amorosa se puede comparar a la del romanticismo. Y no es cierto: somos seres sociales que necesitamos a los demás para sobrevivir y para ser felices. Nuestras redes de afecto, cooperación y ayuda mutua son imprescindibles para obtener los cuidos que necesitamos en la infancia, en la vejez, en la enfermedad, y en momentos importantes de nuestras vidas. Cuidar a los demás también forma parte de esas redes de amor en las que damos y recibimos, en las que aprendemos, batallamos, crecemos y celebramos la vida.

El amor es una energía y no hay jerarquías: todos los amores importan, todos los afectos nos nutren y nos hacen la vida más bonita y más fácil. Hay que desmitificar el amor romántico como la única vía para ser feliz: hay mucha gente que nos quiere y nos aprecia, hay muchas formas de relacionarse y de convivir, muchas maneras de construir vínculos hermosos con la gente. Es cuestión de liberarnos de la dependencia romántica para tejer redes afectivas que llenen nuestras vidas de gente hermosa, para  multiplicar y expandir el amor, y utilizarlo como motor para transformar y mejorar el mundo en el que habitamos.

Coral Herrera Gómez

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