Clasificamos las oraciones subordinadas adverbiales en
dos grupos:
I. Subordinadas
cuantitativas: comparativas
y consecutivas.
Formalmente similares a las oraciones de relativo, funcionan siempre
como complemento de un cuantificador.
II. Subordinadas
adverbiales, que funcionan como complemento
circunstancial:
a. Adverbiales propias:
locativas, temporales
y modales. Se
caracterizan por equivaler funcionalmente a adverbios.
B. Adverbiales impropias:
causales, finales,
concesivas y
condicionales. Tienen,
como veremos, características comunes en cuanto a su comportamiento
sintáctico y semántico.
Las subordinadas comparativas y consecutivas mantienen
un estrecho paralelismo. Lejos de realizar la función de complemento
circunstancial, como tradicionalmente se ha venido señalando, ambas
son expansiones de una cuantificación o
intensificación previa, en un caso
expresando una comparación:
Gasta tanto dinero como gana,
y en otro enunciando una consecuencia:
Gasta tanto dinero que se ha arruinado.
De ahí que estas estructuras comparativas y consecutivas estén caracterizadas por la correlación entre el cuantificador o intensificador -más, menos, tan(to), tal...- y la oración subordinada, que con ese cuantificador o intensificador constituye un grupo sintagmático; eso sí, la oración subordinada en ningún caso depende directamente del verbo principal.
Con las CONSTRUCCIONES COMPARATIVAS el hablante
establece una relación de cantidad entre dos elementos: primer
término de la comparación y segundo término de la comparación.
La película es tan divertida como tú decías.
Funcionalmente, las construcciones comparativas, son siempre complementos de un cuantificador. En el ejemplo del principio, como tú decías complementa a tan, de modo que el adjetivo divertida está cuantificado por el S. Adv tan(to) como tú decías.
El cuantificador del que depende la construcción comparativa puede modificar
a un adjetivo (La
película es tan divertida
como tú decías).
a un adverbio (Vive
tan lejos como
tú decías),
a un sustantivo (Tiene
tantos libros
como te imaginabas) o
a un verbo (Miente
tanto como habla).
Cuantificador
|
Núcleo
|
Correlator
|
|
Tan, Tanto/a
Tal
Más
Menos
Igual (de)
|
adjetivo |
que
cual
como
de
|
...tan inteligente como... |
sustantivo | ...más hombre que ... | ||
verbo | ...trabaja menos que.. | ||
adverbio | ... más lejos que ... |
La construcción comparativa puede indicar superioridad,
inferioridad o igualdad.
Según sea su valor, nos encontramos con diferentes estructuras
sintácticas: ESTRUCTURA DE LAS CONSTRUCCIONES
COMPARATIVAS
En toda construcción
comparativa pueden distinguirse los siguientes elementos:
a) Dos SEGMENTOS: tradicionalmente se divide una estructura comparativa en PRIMER TÉRMINO y SEGUNDO TÉRMINO de la comparación. En el primero aparece el cuantificador y en el segundo, que se inicia con el subordinador que, como o de, el punto de referencia.
b) El CUANTIFICADOR: en cuanto a su categoría gramatical, puede ser un adverbio (cuando modifica a un verbo, a un adjetivo o a un adverbio, como en corre tanto como.... tan alto como.... tan lejos como ... ) o un determinativo (cuando acompaña a un nombre, como en tantos libros como ... ). Según hemos señalado, son más, menos, tanto, igual (de) y artículo + mismo.
Se considera más inteligente que su hermano
Se
considera menos inteligente que su hermano.
Se
considera más que inteligente
En toda estructura comparativa es necesario suponer que
el segundo término de la comparación presenta siempre una
estructura paralela a la del primero. De esta manera, puede decirse
que la estructura sintáctica completa de un enunciado es la
siguiente:
Juan ha sacado esta mañana de la biblioteca
tantos libros como
(libros) (has sacado) tú (esta mañana) (de la biblioteca).
De los comparativos sintéticos etimológicos sobreviven
mayor, menor,
mejor y peor.
Estas -palabras son adjetivos que expresan en
sí mismos el grado comparativo de los adjetivos
grande, pequeño, bueno y malo, respectivamente,
y de los adverbios bien
y mal, por
lo que son equivalentes a más grande,
más pequeño,
más bueno, más
malo, más bien
y más mal. Por
tanto, lo característico de estos comparativos sintéticos es que,
como vemos en las equivalencias anteriores, llevan implícito el
cuantificador, lo que les permite formar construcciones comparativas
de superioridad en las que no aparece en el primer término el
adverbio más:
Juan
es mayor que su hermano.
Luis
explica mejor Historia que Paco Filosofía.
En cualquier caso, el cuantificador que estos comparativos sintéticos tienen implícito es siempre más, y no menos ni tan.
Esto significa que una construcción como Luis es menor que su hermano no es en absoluto una comparación de inferioridad, en contra de lo que pudiera parecer a primera vista, sino una comparación de superioridad, pues equivale a Luis es más pequeño (o más joven) que su hermano, y no a Luis es menos grande (o menos viejo) que su hermano.
Las oraciones subordinadas consecutivas indican una consecuencia de la intensidad de algo que se ha expresado previamente. Son introducidas por el subordinador que y complementan al cuantificador mediante el cual se ha realizado la intensificación.
Los cuantificadores pueden ser los adverbios
tanto o tan:
Le
gustó tanto la comida que se comió todo,
Se
pone tan pesado que no hay quien lo aguante,
y los determinativos tanto,
tal, un -y sus
respectivas variantes morfológicas- y cada:
Tenía
tantas deudas que se ha arruinado.
Grita
de tal forma que resulta desagradable.
Tiene
un carácter que no hay quien lo soporte.
Dice
cada barbaridad que hace reír
- PROPIAS
Sustituibles por adverbios, desempeñan habitualmente la
función de complemento circunstancial de un verbo.
Las subordinadas adverbiales de lugar siempre van
introducidas por el adverbio donde
y son sustituibles por adverbios de
significado locativo:
- Deja el abrigo donde puedas (Deja el abrigo allí.)
Desempeñan sobre todo la función de complemento circunstancial de lugar, pero también a veces la de complemento oracional, cuando aparecen separadas del resto del enunciado por medio de pausas:
Procura
leer siempre donde tengas buena luz (CC
de lugar).
Donde
está, se acuerda de los suyos (COr).
Con preposición. Si la construcción
lo exige, pueden aparecer
-igual que los adverbios de lugar- precedidas
por alguna preposición. Son entonces el
término de un S. Prep, y será éste el que funcione propiamente
como complemento circunstancial:
Se fue por (donde vino)
- Se fue por allí
SPrep / CCL
Las subordinadas adverbiales de tiempo van introducidas
principalmente por el adverbio cuando,
aunque también hay otros diversos
subordinadores, y admiten ser sustituidas por adverbios de tiempo:
Iré cuando pueda -
Iré luego,
El significado temporal de la oración subordinada puede ser
de simultaneidad
(Según pasa el tiempo
se va encontrando mejor),
de anterioridad
(Apenas terminó la fiesta regresamos
a casa) o
de posterioridad
(Cuando lo anunciaron yo
ya lo sabía),
según ocurra lo referido por ella al mismo tiempo, antes o después, respectivamente, de lo expresado por el verbo principal.
Con preposición. Como las locativas -y como los adverbios locativos y temporales-, las subordinadas adverbiales con “cuando” pueden ser término de preposición:
Le gusta leer desde cuando
era niña - Le
gusta leer desde entonces.
Las oraciones adverbiales de tiempo desempeñan las
funciones de complemento circunstancial
y, siempre que vayan aisladas mediante pausas, de complemento
oracional:
Llámame
cuando llegues. CCT
Cuando
me desperté ya te habías marchado
Cor
Con verbos en forma no personal. Hay que recordar que, como complementos oracionales con significado de tiempo, son muy frecuentes las construcciones absolutas con verbo en forma no personal:
Saliendo
de casa me encontré con él.
Iniciado
el acto
nadie pudo entrar
Nexos. Son frecuentes: cuando, mientras, apenas, a medida que, al tiempo que, tan pronto como, una vez que, siempre que, conforme, según…
Las subordinadas adverbiales de modo van introducidas
principalmente por el adverbio como,
aunque existen otros subordinadores, por ejemplo, los adverbios según
y conforme y la
locución tal y como.
Son sustituibles por el adverbio modal así.
Hazlo
como puedas -
Hazlo así.
Móntalo
según indica el folleto -
Móntalo así.
Contestó
tal y como le dijiste -
Contestó así.
En ocasiones, el adverbio como y la conjunción si se agrupan para introducir la subordinada como si:
Actúa como si no le importara nada.
Se trata de la construcción denominada habitualmente MODAL HIPOTÉTICA, que ha de ser explicada como una doble subordinación con un verbo elidido por ser el mismo que el principal:
Actúa como (actuaría) si no le importara nada,
donde encontramos una subordinada adverbial modal (como
actuaría...)
complementada por una subordinada condicional (si
no le importara nada).
Consideraremos, por tanto, que las subordinadas modales desempeñan las funciones de complemento circunstancial y, siempre que vayan separadas por pausas, de complemento oracional:
Cada
uno lo hace como sabe (CC de modo).
Como
tú dijiste, no hubo nada que hacer (COr).
- IMPROPIAS
Las oraciones subordinadas causales expresan causa, motivo o razón eficiente.
No ha venido porque está enfermo,
Los
nexos que introducen
oraciones causales son muy variados: Puesto que, ya que, pues, que,
dado
que, visto que, a causa de que, en razón de que, en virtud de que,
debido a que, en vista
de que,
como quiera que, porque… Introducen
subordinadas en función de complemento circunstancial o de
complemento oracional.
Las
oraciones subordinadas de causa pueden llevar el verbo en forma
no personal. Las construcciones absolutas,
que desempeñan la función de complemento oracional, tienen en
ocasiones un significado causal:
-
Obsesionada con la puntualidad, siempre llega antes de tiempo.
- Pensando en sus
obligaciones, se fue pronto de la fiesta.
SUBORDINADAS
FINALES.
Las oraciones subordinadas finales expresan la intención, el propósito o la finalidad de algo.
Los nexos
que se utilizan son las preposiciones para,
a
o por
más la conjunción que,
la cual también puede
aparecer sin preposición, y diversas locuciones conjuntivas como a
fin de que, al objeto de que, con vistas a que, en orden a que, en
aras a que...
Agárrate
bien para que no te
caigas.
Te
lo he contado a fin de
que me des tu opinión.
Las
adverbiales finales desempeñan fundamentalmente la función de
complemento circunstancial, aunque en los contextos adecuados pueden
anteponerse al resto de la oración:
Para
que te la dejes no he hecho la comida.
Por último,
conviene no confundir las subordinadas finales con ciertos
complementos de régimen con la preposición para:
El
ordenador sólo sirve para que perdamos el tiempo.
SUBORDINADAS CONDICIONALES.
Tradicionalmente se considera que las oraciones complejas que contienen una subordinada condicional están constituidas desde el punto de vista lógico por dos unidades: la prótasis, que expresa una situación hipotética, y la apódosis, que expresa aquello que se haría efectivo si se cumpliera esa situación hipotética.
PROTASIS
|
APÓDOSIS
|
Si esperas un minuto | me voy contigo |
I
ntroducen las oraciones condicionales la conjunción si, los adverbios conjuntivos cuando y como y las locuciones conjuntivas a condición de que, a menos que, siempre que, siempre y cuando...
ntroducen las oraciones condicionales la conjunción si, los adverbios conjuntivos cuando y como y las locuciones conjuntivas a condición de que, a menos que, siempre que, siempre y cuando...
Algunas oraciones no flexionadas de infinitivo, gerundio o participio que expresan causa hipotética:
De
haberlo visto, se lo hubiera dicho.
Trabajando
tanto, no serás feliz.
Colocado
más alto, se ve mejor el cuadro
SUBORDINADAS CONCESIVAS.
Las
subordinadas concesivas indican
oposición a lo expresado en la apódosis, pero no impiden que ésta
se cumpla. Son
introducidas por la conjunción
aunque
y las locuciones
conjuntivas si
bien, y eso
que, aun cuando, a pesar de que, pese a que:
Aunque
ya tengo sueño, me quedaré leyendo un poco más.
Tienen
significado concesivo, asimismo, otros tipos de
construcciones:
- Oraciones de
participio:
Ayudado
por todos, tampoco lo logró.
-
Oraciones de infinitivo
precedidas de las preposiciones con
o para:
Con tener tanto dinero, eso no lo puede conseguir
Para presumir tanto, no vale mucho.
- Oraciones de gerundio,
precedidas a veces por los adverbios aun,
hasta e incluso, que
refuerzan el valor concesivo:
-
Sabiéndolo todo sobre el asunto, prefirió no contestar
-
Aun sabiéndolo todo sobre el asunto, prefirió no contestar.
- Te
ganaría hasta jugando con los pies atados.
-
Incluso teniendo mucho dinero, vivirías miserablemente.