Nos ha relatado sus vivencias desde pequeñita y sus ganas por aprender. En el libro, gracias a su marido, Sebastián Gámez Santos, y a su hija, Aurora Gámez, se recogen sus recuerdos más entrañables. También nos deja algunas fotos familiares, recetas que no se pueden perder y un gran número de poemas de su marido.
Nos ha comentado que su intención era que no se perdieran las costumbres y tradiciones de Coín. Ella ha sido una mujer muy adelantada a su tiempo, y, con el apoyo de su compañero de viaje que la admiraba profundamente, como se puede comprobar en los numerosos homenajes poéticos que le dedica, se centró en la recuperación de sus orígenes: como vivía una familia hortelana en Los llanos de Coín; el día de la Candelaria; la fuente Carullo; como se planchaba la ropa en el campo; los canasteros; la fábrica de orujo; la historia de Juan el latero; la historia del bar de la viuda; un apartado a las recetas de la abuela con una propuesta de dieta mediterránea. Además de grupo de poemas de su marido y canciones de los bailes típicos. También nos habla de la Semana Santa y de la feria de agosto antes de la guerra civil; la feria del ganado y, por último, se recogen unos juegos de niños y niñas.
Hemos repasado su colección de fotos del Día de la Cruz, en la iglesia con las mujeres cantando villancicos, su fotos con los trajes típicos de Coín, las muñecas también ataviadas como coínas y coínos...En fin, la visita se ha quedado corta para todo lo que María nos podía enseñar. A sus años, aunque está como una moza, tiene una memoria espectacular.
Algunos consejos de la charla se me han quedado grabados, y, como le he comentado a María, me han recordado a mi abuela. Les ha repetido a mis alumnas: "Estudiad. Tenéis que aprender cosas de la vida porque todo se está poniendo muy difícil. Nada es imposible, si realmente se quiere hacer. Las mujeres pueden hacer de todo." Estoy segura que hoy mis alumnas han aprendido mucho de María.
Ella forma parte de esa generación de mujeres que estudiaron poquito, en su caso hasta los 10 años, y ,después, tuvo que cuidar de sus hermanos. Gracias a que tuvo a su lado a un hombre maravilloso, pudo realizarse como mujer y dedicarse a lo que le gustaba. En el hogar de jubilados y jubiladas realizó todo lo que se propuso y llevó el nombre de Coín por muchos sitios.
Gracias, María.
Os dejo el enlace del libro de María.
Coín en la memoria de María Enríquez Carabantes y Sebastián Gámez Santos