viernes, 7 de febrero de 2020



“¿Maestro, por dónde empezaría si le tocara gobernar un país?”.
Confucio les respondió: “Empezaría por mejorar el lenguaje”.
Asombrados, sus discípulos afirmaron que esa respuesta nada tenía que ver con la pregunta y volvieron a preguntar:
“¿Maestro, qué tiene que ver el lenguaje con el gobierno de un país?”.
Entonces Confucio les respondió lo siguiente: “Si el lenguaje carece de precisión, lo que se dice es falso. Si lo que se dice no es verdadero, entonces las actuaciones tampoco son verdaderas. Y si no hay actuaciones (obras) verdaderas, entonces no florecen el arte ni la moral. Si no florecen el arte y la moral, entonces no existe la justicia. Si no existe la justicia, entonces la nación no sabrá cuál es la ruta a seguir: será una nave en llamas y a la deriva. Por esto, cuando se trata de gobernar una nación, lo más importante es la precisión del lenguaje”.