miércoles, 1 de mayo de 2019

LA PROSA DEL SIGLO XVI

PRINCIPALES GÉNEROS NOVELÍSTICOS
Durante el siglo XVI el género narrativo tiene un éxito sin precedentes, destacando una novela idealista de ficción que era utilizada como entretenimiento por esos nobles y burgueses que empiezan a interesarse por la cultura en ese siglo.
La prosa narrativa del siglo XVI presenta una gran variedad en la que destacan diversos géneros novelísticos caracterizados por su tono idealista y cuya finalidad era servir de entretenimiento a la nobleza y la burguesía.

 Los principales géneros novelísticos renacentistas son:

1.              Novela de caballerías. Narra las aventuras de un caballero andante que recorre el mundo enfrentándose a seres fantásticos en defensa de la justicia y la lealtad, y para demostrar el amor a su dama. Destaca el Amadís de Gaula.
2.              Novela bizantina. Narra las aventuras de una pareja de jóvenes enamorados que se ve obligada a separarse, emprendiendo un largo viaje para reencontrarse. A lo largo del viaje se enfrentarán a peligrosas aventuras. Destaca Los trabajos de Persiles y Sigismunda, de Cervantes.
3.              Novela pastoril. En estas obras, en las que a penas hay acción, unos pastores cultos e idealizados cuentan sus desventuras amorosas en una naturaleza idílica. Destaca La Diana, de Montemayor, y La Galatea, de Cervantes.
4.              Novela morisca. Narra aventuras entre moros y cristianos en los tiempos de la Reconquista.

Todos estos subgéneros novelísticos se caracterizan por su tono idealista, que implica una serie de características comunes:
1.      Aparecen personajes y sucesos inverosímiles (pastores cultos, sucesos maravillosos...).
2.      Ambientes y paisajes idealizados según los gustos de la época: naturaleza idealizada, gusto  por parajes exóticos y lejanos.
3.      Abundancia de estereotipos: caballero andante siempre heroico, pastores siempre son cultos...

Sin embargo, los mayores logros de la narrativa renacentista se deben a dos obras que no se pueden encuadrar en ninguno de estos géneros. Son El Lazarillo de Tormes, que inicia la novela picaresca, y Don Quijote de la Mancha, que sentó las bases de la novela moderna. A continuación, os dejo dos entradas con recursos sobre esta obra y su autor:

               CERVANTES
Cuestionario-sobre-cervantes-y-su-obra.

EL LAZARILLO DE TORMES
A mediados del siglo XVI se publica El Lazarillo de Tormes, una obra anónima y que inició el género conocido como novela picaresca. El Lazarillo es una obra realista de crítica social que contrasta con la novela idealista de moda en la época.
Debemos destacar los siguientes elementos de El Lazarillo:

Autor. Aunque hay diversas teorías lo cierto es que se desconoce el autor de la obra, ya que
ocultó conscientemente su nombre por las críticas que hace a la Iglesia en el libro.
Argumento. Toda la obra está estructurada como una enorme carta que Lázaro escribe a un personaje desconocido al que se refiere como “Vuestra Merced” para explicarle su situación  actual en la que corren rumores sobre la infidelidad de su mujer con el Arcipreste que le da trabajo. Para que se entienda esta situación, Lázaro relata los aspectos más importantes de su vida: sus orígenes humildes y sus vivencias con diferentes amos, entre los que destacan un ciego cruel, un clérigo avaricioso y un escudero pobre obsesionado por la honra.
Estructura. La obra se divide en un prólogo y siete tratados, en los que Lázaro sirve a varios amos. Su extensión es muy diferente: los tres primero son mucho más largos, posiblemente porque son los más importantes, ya que forman la personalidad del protagonista.
Algunos rasgos de El Lazarillo se convertirán en características de la novela picaresca:
1.      El protagonista narra su vida en primera persona, contándonos desde el presente cómo ha llegado a esa situación y las dificultades por las que ha pasado.
2.      El protagonista es un antihéroe que va aprendiendo y evolucionando de sus experiencias. Procede de una familia sin honra y la sociedad en la que vive exige que robe, mienta y sea espabilado para poder sobrevivir.
3.     Realismo en los personajes, los ambientes y las situaciones, lo que contrasta con las novelas idealistas de moda en la época.
4.      Se lleva a cabo una crítica de la sociedad de la época.
5.      El final de la novela es abierto, lo que permite escribir continuaciones.