- Deslegitimar la violencia, es decir, evitar conductas violentas como las que se pueden ver en la televisión, los videojuegos, etc., porque su visión cotidiana puede llegar a provocar insensibilidad y una trivialización de los efectos de esta violencia en la vida real.
- Evitar la perpetuación de valores asociados al género, ya que son una construcción social. Muchas veces las mujeres aparecen retratadas en los medios de comunicación o en la sociedad como personas débiles, sumisas y los hombres aparecen a veces como brutos, y está claro que un hombre o una mujer por el simple hecho de serlo no responde a esas actitudes concretas que muchas veces se difunden en nuestra sociedad.
- Desmitificación del ideario de amor romántico que a veces puede presentar una relación de violencia. En ocasiones la persona maltratada continua con el maltratador porque le quiere y cree que no se volverá a dar una situación de violencia. Es importante entender que la violencia de cualquier tipo nunca es tolerable y que las personas que la sufren no deben seguir en esa situación por amor o por ninguna otra circunstancia.